Las patas de gallo son las primeras arruguitas que aparecen en el rostro. Suelen ser muy finas y horizontales y aparecen junto al borde exterior de los ojos.
Su principal causa es la edad, aunque el sol, el tabaco y la mala alimentación aceleran su formación. Por ello, debemos protegernos del sol, beber mucha agua, alimentarnos de forma saludable y dejar de fumar.
Para reducir al mismo esas molestos signos del paso del tiempo, podemos hacer una sencilla mascarilla en casa: Calentamos una cucharada de cera virgen, una de aceite de oliva, y una de manteca de cacao. Remover hasta hacer una pasta uniforme y dejar enfriar. Ya fría se le añaden dos cucharadas de agua de rosas y remover bien. Nos ponemos la pasta sobre las patas de gallo durante 15 minutos y la enjuagamos después. Bastará con aplicarla una o dos veces por semana para obtener resultados.
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